En verano también hay tiempo para dedicarlo a los demás. Por ello, seis alumnas de bachillerato y dos profesoras, Ana Martínez y Susana García Mangas, estuvieron del 6 al 14 de julio en Sicilia, donde ayudaron en una guardería multirracial.

Su día a día consistía en hacer actividades con niños de 0 a 5 años, casi todos de África subsahariana, como bailar, jugar o pintar. Diversión muy variada que compaginaron con la organización de un gran ropero. Eran muchas las bolsas que tenían acumuladas, fruto de la solidaridad de distintas entidades y particulares. Así pues, ordenaron y clasificaron la ropa de niños, adultos, zapatos, juguetes e incluso muebles.

Por otro lado, por las tardes aprovechaban para visitar diferentes lugares de la isla, como Monreale, Cefalú o Mondello, compaginando así el aspecto humano con el cultural y el interés o la curiosidad por empaparse de las diversas bondades que brinda. Arte, cultura, mar, costumbres y solidaridad. El resultado fue muy enriquecedor.

En este sentido, según cuentan, saben que se puede hacer voluntariado “en nuestra propia ciudad”, la labor de servicio es la misma. No obstante, aseguran que viajar, descubrir otros lugares, conocer a otras gentes… Son vivencias inolvidables que marcan un antes y un después “en nuestras vidas”. Porque, añaden, “a veces hay que salir de nuestra área para descubrir lo que hay más allá y ver en profundidad otros aspectos de la realidad”.

El curso pasado lo terminamos con jornadas de sensibilización sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y, este curso, queremos que sea la tónica de fondo.