Educación del carácter y virtudes humanas
En Alcaste entendemos que debemos formar a nuestros alumnos para que vivan una vida lograda, que puedan desarrollar su potencial humano en toda su plenitud.
Intentamos que nuestros alumnos vayan adquiriendo y fortaleciendo aquellas virtudes intelectuales, morales y cívicas que les permitan elegir inteligentemente entre aquellas alternativas que se les vayan planteando en el camino de su vida, adoptando decisiones sabias, y así ser capaces de hacer lo correcto en el momento adecuado.
El reto es desarrollar un programa específico para cada curso, que integre la educación del carácter cumpliendo una serie de características. La primera de ellas es la ubicuidad. Todo en el colegio es una ocasión para trabajar y reforzar las virtudes, por lo que es fundamental fijar unos objetivos y criterios claros que permitan aprovechar cada oportunidad que nos ofrece el día a día de la vida escolar para ese desarrollo. Para lograrlo es importante que sea un programa explícito, conocido y compartido por alumnos, profesores, personal no docente y familias.
Desde que los niños entran en Infantil en Alcaste, se diseña un plan de formación que se va adecuando a sus edades a lo largo de toda su vida en el colegio. Con los niños más pequeños se comienza trabajando la obediencia, después el orden, a medida que van creciendo se presta mayor atención a la autonomía y la responsabilidad, después a la amistad, a la laboriosidad, a la paciencia, la persistencia o la sencillez.
Para ello el plan prevé trabajar los siguientes programas:
- Trabajar los hábitos operativos buenos, con la certeza de que su aprendizaje se produce y refuerza a través de la repetición. Esto predispone a la persona hacia esas conductas. Una vez adquirido el hábito, ya nos sale sólo, convirtiéndose en virtud.
- Grupos de curso. Todas las semanas la tutora de grupo se reúne con la clase para hablar y trabajar sobre la importancia de una virtud y se proponen retos mensuales para que las alumnas trabajen esto en casa. Desde hace unos años el colegio se basa en el proyecto DAIP de Identitas, que trabaja cada virtud desde las cuatro dimensiones que componen la identidad personal: la física (la del cuerpo), la afectiva (emociones, sentimientos), la intelectual y la volitiva (el desarrollo de la libertad personal, que se apoya en la práctica de las virtudes).
- Tutorías individualizadas. La alumna junto con su familia y su tutora hacen equipo para concretar objetivos que le ayuden a mejorar como persona. Se hace seguimiento quincenal con la alumna de este plan y con su familia se producen reuniones trimestrales para estudiar la evolución.
- Gestión emocional. En primaria estamos trabajando las emociones ayudando a las niñas a reconocerlas y a gestionarlas. En clase cada una tiene su foto y por las mañanas se coloca en una de las emociones. A lo largo del día la profesora les pregunta y explican por qué se han colocado en esa emoción, observando que no hay emociones malas sino que debemos aprender a controlarlas.
- Currículum familia. Es un programa de acompañamiento para las familias que pone a su disposición herramientas que pueden utilizar según las necesidades que van surgiendo en cada etapa del desarrollo de los hijos. Se trata de actividades relacionadas con los distintos ámbitos de la persona: formación en el ámbito intelectual, coaching familiar en el área afectiva, espacios de oración y acompañamiento espiritual en el área espiritual, acciones solidarias en el área social y actividades colegiales en el ámbito lúdico.
- Seminario de los Grandes Libros. Recientemente hemos incorporado el este proyecto. Desde Primaria hasta Bachillerato las alumnas van a leer, estudiar y la discutir obras literarias clásicas (antiguas, modernas y contemporáneas), adaptadas a cada edad y nivel educativo. Las alumnas se sumergirán en el análisis y la interpretación de estos textos participando en debates y discusiones que promueven el pensamiento crítico y la comunicación efectiva.
Este conjunto de acciones colabora en el objetivo que tenemos en Alcaste de formar personas que puedan mejorar el mundo en el que viven. Y es posible gracias a la implicación conjunta de las familias y el colegio en la educación de las virtudes humanas.