Los conocimientos adquiridos en el aula suponen un increíble bagaje para cada día, cada lugar e incluso la vida. No es memorizar una materia para luego plasmarla en un examen. Va más allá y, en este camino educativo, el entorno juega un papel fundamental. Así pues, navegando entre las distintas asignaturas, que completan el currículum del alumnado, encontramos el ejemplo de Ciencias. Una materia, impartida en inglés en Primaria y Secundaria, que pretende ser un contacto directo con la naturaleza aprovechando el entorno en el que se encuentra Alcaste. Es más, entre alumnas al cuidado de un huerto, actividades creativas con material reciclado, experimentos, cuadernos interactivos o distintos organizadores gráficos, localizamos a Elena Rodríguez, profesora de Secundaria, quien confiesa que su gran reto es “acercar las ciencias a todas las alumnas para que sepan cuidar, respetar y valorar este increíble planeta en el que habitamos”.  A continuación, desgrana todos los medios para lograrlo.

 

¿Cómo se trabajan las Ciencias?

Las Ciencias las trabajamos siguiendo el método científico. El procedimiento es diferente dependiendo el nivel de enseñanza en el que estemos. Además, tanto en Primaria como en Secundaria, la asignatura de Science se imparte en inglés, y se pretende un contacto directo y básico con el mundo natural. En relación a esto, en Alcaste tenemos la suerte de contar con una extensa zona verde y arbolada, y las alumnas de Primaria, especialmente, hacen mucho uso de ella con actividades y el cuidado de un huerto. También realizan innumerables actividades creativas en el interior de las aulas, elaborando maquetas con material reciclado.

Por su parte, en Secundaria, al ser mayor la información, utilizamos el “Cuaderno interactivo” como herramienta fundamental. Asimismo, les enseñamos a trabajar con diversos organizadores gráficos, como diagramas de Venn, que consisten en comparar y contrastar, o el diagrama KWL (What I already know, What I want to know, What I have learned; lo que ya sé, lo que quiero saber y lo que he aprendido sobre un tema). Estos métodos ayudan a aprender y estudiar de una forma inteligente.

Por último para aquellas alumnas que están confinadas, utilizamos la plataforma Classroom, que nos permite hacer clases online y enviar las tareas correspondientes.

 

¿De qué se compone el Interactive Book en Secundaria?

A veces tienen que poner solapas para que tengan dos entradas de conocimiento al mismo tiempo. Si están, por ejemplo, estudiando las partes de la planta, en el anverso ponen las estructuras externas y en el reverso, las internas. En el mundo anglosajón se utilizan mucho los interactives books y tienen que comprimir en un mínimo espacio del cuaderno la información de un punto. También, por poner otro ejemplo, cortan la forma de una hoja de planta, la colocan… En la anatomía de cuerpo humano, lo mismo: el corazón por fuera y el corazón por dentro. De esta forma tienen organizada la información nueva y las palabras claves en un dibujo.

 

Este curso que, por las circunstancias en las que nos encontramos, no se pueden utilizar los laboratorios, ¿qué hacéis para compensar esta carencia?

La pandemia nos ha obligado a reinventarnos y damos todavía más valor a la clase presencial haciéndola más participativa. No podemos realizar las prácticas en el laboratorio, pero, desde mi asignatura, pido hacer experimentos sencillos en sus casas y que los graben en un vídeo corto. Otros se siguen realizando en el aula. A las alumnas les encantan. No requieren una logística complicada y se pueden realizar de una forma segura, siguiendo el protocolo. En este sentido, en primer lugar, intento que las alumnas se asombren para, a continuación, centrarse en el tema. Es decir, compatibilizar una información “tediosa” con algo divertido. Por ejemplo, cuando hablamos del átomo, llevé a clase unos globos y trabajamos lo referente a la electricidad electrostática.

Por otro lado, nuestro laboratorio es el mundo en el que vivimos y tenemos que aplicar lo que conocemos a la realidad y la actualidad: el reciclaje, no matar insectos… O la situación histórica en la que nos encontramos, que las alumnas tienen que aprender y esto les está ayudando a enfrentarse al COVID. Así, durante todo el primer trimestre, en todos los cursos de Secundaria, he relacionado todo con este tema, como cuando en Química tratamos las disoluciones, entre las que están los coloides, que son los aerosoles. Por su parte, en 3º de la ESO les he estado explicando la respiración, la neumonía, qué pasaba con las reacciones cuando entraba el coronavirus en nuestro cuerpo, etc. Asimismo, hemos comentado noticias que iban saliendo, sobre si eres del grupo A positivo o B, y las posibilidades de contraer coronavirus, etc.

 

En tus clases, para gestionar la atención de las alumnas, utilizas el Whole Brain Teaching. ¿Qué es y en qué consiste?

Es una metodología americana para implicar al alumno en una escucha y aprendizaje activo y consiste en hacer muy dinámica la clase. Como demuestran los estudios más recientes, el cerebro sólo aprende si hay emoción y, con esta metodología, apostamos por un aprendizaje basado en ella. Para ello, el profesor repite unas frases hechas y toda la clase contesta con la respuesta también específica para captar la atención. Por ejemplo, yo digo “Class, class” en un tono y ellas responden “Yes, yes” en el mismo tono. De esta forma, el alumno se pone en situación de aprender. Luego, un alumno concreto desarrolla el rol del profesor haciendo gestos que ayuden a comprender la materia para el resto de la clase. Es un método fantástico, en el que las alumnas se lo pasan muy bien, a la vez que aprenden.

 

¿Cuál es tu reto con las alumnas?

Mi reto es acercar las ciencias a todas las alumnas para que sepan cuidar, respetar y valorar este increíble planeta en el que habitamos. La gran satisfacción es ver cómo aprenden de una forma amena y cómo aplican esos conocimientos adquiridos a su vida. Es una maravilla la respuesta de las alumnas frente a las ciencias.