En Alcaste consideramos de gran importancia la habilidad oral. Por ello, introducimos a las alumnas en el arte de la oratoria y del debate.

Desde 3º de ESO a 1º de Bachillerato la profesora de Lengua,  Mariaje Fernández, realiza como ya viene siendo habitual, variados e interesantes debates.

Los temas elegidos en esta ocasión fueron los siguientes: ¿Es adecuado derribar estatuas de determinados personajes históricos que ocupan espacios públicos? ¿Es conveniente cada temporada  comprar ropa nueva para cambiar el armario? ¿La inteligencia artificial nos hace más felices? ¿Deben mantenerse las corridas de toros? ¿Los ciudadanos de un país deben tener los mismos derechos que una persona no nacida en ese mismo país?

Divididas en dos equipos esgrimieron argumentos a favor o en contra, según la posición que les correspondiera defender. Todo ello a través de argumentos, fruto de un trabajo de investigación previo y serio, reflexiones, datos interesantes y preguntas. En resumen, una batalla intelectual de una hora de duración ante el mejor público, formado por el resto de las componentes del curso, que en su turno de preguntas hicieron las observaciones pertinentes, respetando siempre el turno de palabra.

En la exposición de cada una, la profesora de Lengua evalúa los siguientes aspectos: porte exterior (modo de llevar el uniforme del colegio, postura, gestos, movimiento de las manos); escucha activa a las demás recogiendo datos de sus compañeras (no sólo que sepan su intervención); modo de rebatir al equipo contrario; valor de los argumentos esgrimidos y número de ellos; presentación no leída (que conozcan el contenido de su exposición, sin leerla); tiempo empleado (3 o 4 minutos, dependiendo del curso en el que estén); vocabulario utilizado y sin muletillas; el tono de voz (que se escuche bien y que no sea muy bajo) y la entonación (que no sea monótona).

Fomentar habilidades como hablar en público y debatir es un recurso de comunicación en alza y una herramienta que fomenta valores, ayudando a ponerse en lugar del otro (empatía). Esto supone un esfuerzo para acercar posturas y buscar soluciones conjuntas a un problema común.

Se trata de aceptar y comprender un punto de vista que difiere del nuestro (tolerancia), y además contribuye a la búsqueda de argumentos para defender nuestra posición.

El debate implica diferentes competencias: estudio de argumentos a favor y en contra, saber hablar, transmitir ideas, saber escuchar, rebatir y defender una opinión, siempre con educación y respeto.

Es una práctica que induce a la reflexión y favorece la socialización.

Para ser ciudadanos activos, necesitamos herramientas de pensamiento crítico que nos permitan analizar no sólo nuestras propias opiniones, sino también las del resto de ciudadanos y líderes, enriqueciendo así la calidad democrática de la sociedad.